
Se han jugado seis toros de la ganadería de Castilblanco, bien presentados, de juego variado pero todos han llegado muy parados al último tramo de la faena. No obstante, han servido para el triunfo de sus matadores.
Fermín Bohórquez, ha practicado el toreo más campero de la tarde. En su primero, un toro con poca fuerza, no pudo hacer más que estar dignamente. En el cuarto de la tarde estuvo muy entonao con rejones, banderillas e incluso poniendo un par a dos manos. Perdió los trofeos por el uso de los aceros, necesitando echar pié a tierra para descabellar tras tres intentos con el rejón de muerte. Silencio y saludos desde el tercio tras aviso ha sido su balance.


Pablo Hermoso de Mendoza, ha pasado por Córdoba como máxima figura del rejoneo. En sus dos toros ha mostrado su enorme oficio en lo que ha sido una actuación muy completa en todos los tercios. Una oreja en cada toro ha sido el premio final a su muy buena tarde cordobesa.


Abandonó el Coso de los Califas a hombros de los capitalistas.





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