jueves, 27 de mayo de 2010

El ganado impide el lucimiento

Los seis ejemplares de Las Ramblas se encargaron de dar al traste con las esperanzas que los aficionados teníamos en la corrida de ayer. Los tendidos se cubrieron en más de medio aforo para ver el juego que ofrecían los seis astados, muy bien presentados pero cuyo juego no fue el apropiado para una tarde de toros exitosa.
Juan Serrano "Finito de Córdoba" (catafalco y oro) se estrelló ante un lote imposible. Pese a todo el de El Arrecife puso todo de su parte, intentando la conexión con un público muy respetuoso y entregado (a excepción, eso sí, de algún energúmeno). El juego del cuarto en los dos primeros tercios nos dió a todos falsas esperanzas, ya que a la muleta llegó sin posibilidad alguna. En lo positivo apuntamos la actitud del torero cordobés que, sin lugar a dudas, hizo un grandísimo esfuerzo para no irse de vacío. Aún así, dejó algunos muletazos de trazo excepcional así como alguna verónica con muchísimo gusto. Deja las puertas abiertas para la tarde de hoy.
Saludos tras aviso y saludos fue su balance.




Juan Bautista (gris plomo y oro) dejó momentos de lucidez, aunque no solventó la duda de por qué su presencia en los carteles de nuestra Feria. Es un torero muy mecánico y falto de alma lo que conlleva que su toreo no cale en los tendidos.Sí es verdad que toda la tarde estuvo por agradar, interviniendo en quites, pero ni siquiera así. Tras sus dos faenas saludó desde el tercio.


Sebastián Castella (verde macarena y oro), que entró en el cartel vía sustitución, no tuvo material para desarrollar su tauromaquia. Fué el peor parado en el sorteo. Su primer antagonista fue devuelto, por lo que corrió turno. Ni éste ni el sobrero de Torrestrella que cerró plaza, sirvieron para el lucimiento. Silencio y silencio para el francés.


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