No hubo éxito rotundo pero Ignacio González dejó esta tarde una muy buena impresión en su nueva comparecencia ante el público venteño.
Con un cuarto de plaza en los tendidos se han lidiado seis novillos-toros de Fidel San Román, bien presentados, destacanddo el juego de los corridos en segundo y sexto lugar.
El novillero de Córdoba, ha sorteado el mejor novillo del encierro, el segundo de la tarde, al que yaa recibió de capote con un ramillete de verónicas muy bien hilvanadas que calentaron al respetable. El novillo, que tomó tres varas, fue muy bien lidiado y banderilleado por la cuadrilla de González.
El pitón del toro era el derecho y el joven torero le enjaretó serias tandas por la diestra, que calaron en los tendidos. Por el pitón izquierdo la faena bajó pero el de El Viso puso, una vez más, toda la carne en el asador. Terminó volviendo a la derecha, en una labor que se antojó algo larga. Como pinchó, hasta en tres ocasiones, antes de dejar una estocada entera, todo quedó en un respetuoso silencio tras escuchar, eso sí, un recado presidencial.
En lo que respecta al quinto de la tarde, nuestro paisano no pudo encontrar lucimiento con el percal. La sosería del eral fue creciendo y la labor del matador no encontró el vuelo deseado. Pese a todo el coleta dejó pasajes llenos de verdad, por ambos pitones, aunque la faena tuviera más altibajos. Otra vez, quizás adoleció de alargar en exceso su labor, prueba de sus ganas de agradar.
Tras un pinchazo, dejó en todo lo alto una estocada de la que el astado salió rodado. Otro aviso.
El agradable público lo tributó una cerrada ovación a la que el espada correspondió saludando desde el tercio.
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