Ayer, en la tarde del Miércoles Santo se unió mi principal devoción a mi afición. Este año mi hermandad de la Paz cambiaba su itinerario y propiciaba un momento muy intenso para mí. El paso de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia se situaba junto a la figura hierática de "Manolete" en la plaza de los Condes de Priego.
Sentí a mi Cristo torero.
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