viernes, 28 de mayo de 2010

La gloria para José Luis Moreno

Menos público del esperado en el deseado mano a mano entre toreros cordobeses. Algo así como medio aforo se cubrió para ver a Finito de Córdoba y José Luis Moreno.
El primer capítulo lo firmó el rejoneador Sergio Galán que lidió un toro de Castilblanco. El astado, completamente parado, no dió opciones al jinete que se vió obligado a pasar una y otra vez tanto con los rejones como en banderillas . Con semejante marmolillo no era posible el lucimiento y una vez despenado el bruto, Galán saludó una cariñosa ovación del público.
Galán clava una banderilla
Finito de Córdoba, en la que era su segunda comparecencia esta feria, volvía al Coso de los Califas, en este caso para lidiar reses de La Palmosilla.
Estuvo toda la tarde excesivamente probón. Sobre todo en su segundo, cuarto de la tarde, al que tardó una eternidad en atacar. La magnífica condición del toro sólo posibilitó que el Fino dejara algunos muletazos de bellísima factura (quizás los mejores de la tarde) , pero sin ligazón, algo imprescindible en el toreo. Dejó pasar muchísimo tiempo entre muletazos cuando el de La Palmosilla repetía de forma clara. escuchó un aviso antes incluso de montar la espada y luego, como era de esperar, se apereó con el verduguillo, necesitando de siete intentos. Dos recados presidenciales que pudieron ser tres. La afición se dividió. unos chiflaron y otros aplaudieron.
En el primero y el tercero de su lote, se vió a un Finito, probón y desconfiado en faenas largas, que no llegaron nunca a calar en los tendidos. Silencio tras aviso y palmas fue el resultado obtenido.
Recibo de capa a su primero

Sacándoselo a los medios

Con gusto

Al natural con el segundo de su lote

Derechazo al sexto de la tarde

Pero la gloria llegaría en el tercero de la tarde. José Luis Moreno se jartó de torear. Por los dos pitones, máxima pureza. Tandas compactas y muy ligadas que llegaron al público por su verdad. Este es un torero donde no hay ni trampa ni cartón, y que siente cada actuación en el Coso de los Califas como una obligación de triunfo.
Faena maciza del de Dos Torres, que supo ver y aprovechar la buena condición de su colaborador para conseguir el rotundo éixto que ayer cosechó. Toreo caro, de alante a atrás y de arriba a abajo. Y en esta ocasión, estocada que rubricó su obra. Sin dudas, dos orejas y triunfo.
En sus otras dos oportunidades no alcanzó el novel deseado ya que sus antagonistas no se prestaron, pero no fué óbice para que el de Dos Torres se esforzara en sacar lo mejor de sí mismo.En el séptimo de la tarde, se pegó un fuerte arrimón, cuando ya tenía la Puerta Grande asegurada. Un hecho muy de agradecer.
José Luis Moreno entró en el olimpo de los grandes toreros cordobeses.
Con la pata palante

Moreno mandón frente al de La Palmosilla

Con la zocata

Trunfo de Ley

Con la derecha

La muleta a la izquierda en el séptimo de la tarde

Triunfo rotundo y cordobés

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno el articulo. Sin partidismos. Enhorabuena.