Ilusiones desvanecidas

Comenzó con mal pie el serial taurino que cierra el mayo festivo cordobés, con una novillada que, sin lugar a dudas no pasará a la historia.

Con un cuarto de plaza se corrieron cinco utreros de Torres Gallego y un remiendo de Hnos. Garzón (5º), terciados en su presentación, cumplieron sin más en varas, y fueron sosos en sus embestidas sin ofrecer, sin embargo, grandísimas dificultades. Se movieron excepto el de Hnos. Garzón que llegó al último tercio sin recorrido.














Con este material, "Mazzantini" (grana y oro) comparecía nuevamente ante sus pasianos y la verdad es que dió impresión de que tiene el sitio perdido. En su primero, desde el recibo con el capote no supo colocarse y abusó del pasito atrás, en un trasteo en el que nunca llegó a entregarse. Tiene unas maneras excelentes pero en este primer novillo estuvo desdibujado por completo. Se convirtió en la antítesis de lo que debe de ser un novillero que quiere ser figura. Faena larga y sin concepto en la que escuchó un aviso. Para colmo no lo mató bien, necesitando de un pinchazo, media estocada y un descabello, oyendo leves pitos mientras que se retiraba a la barrera.

En su segundo oponente la cosa cambió un poco. El novillo se movía y en varas derribó al piquero al arrancarse desde lejos y levantar al caballo por los cuartos traseros. Con la franela el animal se vino abajo haciendo constantes amagos de rajarse ante los que el de Fuente Palmera se mostró algo más centrado. Lo despenó de una estocada y dos golpes de verduguillo siendo su labor silenciada.














Diego Lleonart, (azul marino y oro) que hacía su presentación en el Coso de los Califas, se llevó quizás el novillo de la tarde, una nimal al que recibió con el percal levantando los olés del público. Se le ve muy toreado y con las ideas clara de lo que quiere. Comenzó la faena sacándose con gusto el novillo hacia los medios donde le instrumentó varias series aseadas que cerró con una tanda muy ajustada de manoletinas, tras la que recetó una estocada trasera que valió escuchando una ovación que saludó desde el tercio.

Su segundo novillo no le dió opción pues llegó a la muleta sin fuera alguna pese a lo que el de Castellón aprovechó para justificarse pasándose los pitones muy de cerca. Un pinchazo y una estocada. Silencio.

Daniel Sotillo (blanco y plata), de Écija, también se presentaba y ha dejado una entonada tarjeta de presentación. Es torero de muy buen corte y esta tarde, sin redondear, ha estado muy bien. Es un torero interesante y al que hay que volver a ver.














Destacar la firmeza de este joven torero ante sus dos colaboradores, dejando buenas tandas por ambos pitones. En el sexto recibió dos fuertes volteretas de las que se levantó sin mirarse volviéndo rápidamente a la cara del toro. Además lo ve fácil con la espada. Dos novillos, dos estocadas. Recogió sendas ovaciones desde el tercio en su lote.