domingo, 31 de mayo de 2009

Destaca el toricantano

Con algo menos de media entrada en los tendidos se celebró la octava función del abono cordobés en la que Miguel Ángel Delgado (blanco y plata) se doctoraba como matador de toros.

La corrida de Gavira, mal presentada, iba y venía con gran sosería. En general la transimisión de los anovillados toros fue escasa.

Con este material, el toricantano se mostró muy dispuesto toda la tarde, mostrando un concepto del toreo muy puro y elegante. En el de la alternativa sufrió una fuerte voltereta sin consecuencias. No pudo redondear una tarde exitosa pero dejó una grata impresión entre la afición cordobesa. Saludos y vuelta al ruedo por su cuenta tras aviso.




Alejandro Talavante (azul marino y oro) no es ese torero de hace un par de temporadas. Practica un toreo frío y de poca conexión con el público aún cuando dejó bonitos pasajes aislados. Pero no caló en el público. Como además mató mal su premio se vió reducido a saludos tras aviso y palmas.


Julio Benítez "El Cordobés hijo" (rosa y oro), estuvo en su tónica. En su primero dió le impresión de estar por debajo del toro en una faena larga que no llegó a alcanzar vuelo en el mejor toro de la tarde. En el segundo más de lo mismo. De más a menos. Comenzó de rodillas para luego ir diluyendose. Hubiera cortado algún apendice de no haber fallado con los aceros. Su resultado: Vuelta y saludos.


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