sábado, 29 de agosto de 2009

El llanto de Córdoba

Lo que en principio había parecido sólo una cornada fuerte terminó por acabar con la vida del más grande entre los grandes. Parecía mentira que Islero pudiera acabar con la vida de aquel a quien K-Hito bautizara como el “Monstruo”.

Tal día como hoy (a las cinco de la madrugada), dejaba de existir Manuel Rodríguez Sánchez, “Manolete” en lo universal y hoy, sesenta y dos años después, Córdoba sigue llorando su muerte.Córdoba recibía sus restos mortales en la triste mañana, para establecer el punto de referencia mundial en el salón de la casa de la Avda. de Cervantes. Allí quedaría situada la capilla ardiente.

Córdoba y el mundo, le rindió allí honores al héroe muerto en la batalla.

La madre podía por fin, a las cuatro de la tarde, acoger en su regazo a su hijo, tal y como plasmara siglos antes Juan de Mesa en su cordobés grupo escultórico de la Virgen de las Angustias, venerado hoy en la Iglesia de San Pablo

Desaparecía el torero pero, sin lugar a dudas, nacía el mito que iría engrandeciéndose día a día, justo un veintinueve de agosto.

Y Córdoba sigue llorando.

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